El Almería desaprovechó una nueva oportunidad de reencontrarse con la victoria en Primera división. Los indálicos, con el mismo once que cayó en el estadio de la Cerámica, no pasaron del empate (2-2) ante un Valencia que llegó poco y marcó mucho. Aunque el equipo se repuso en dos ocasiones del doblete de Javi Guerra, el punto no saca a los andaluces del descenso, pero frena una racha de tres derrotas consecutivas en el Power Horse. Eso sí, el equipo solo ha logrado 2 puntos de 18 posibles, dejando la continuidad de Vicente Moreno en el alambre.
El Almería comenzó apretando la salida de balón del Valencia, como así señala Vicente Moreno en su libro de estilo, pero sin concretar ocasiones claras. El juego vertical, comandado por Embarba y Arribas, bajo el criterio de Melero en media punta, provocó que Gayá y Thierry no pudiesen desplegarse el poderío ofensivo ché durante el primer tramo del encuentro. Mientras que la sala de máquinas apostó por un juego sin prisa, especialmente a la hora de recuperar la posesión, todo ello sin la capacidad ofensiva de poner en apuros a Mamardashvili.
El buen juego local, como se ha hecho costumbre, precedió a la primera llegada visitante y al primer gol. Trece minutos fueron más que suficiente para que una pared de Javi Guerra y Diego López para colocar el 0-1 ante un Maximiano que estuvo inseguro durante todo el partido. Tocaba remar, por cuarta ocasión consecutiva.
El Valencia quiso aprovechar sus buenos minutos ante un conjunto local en shock tras el tanto y volvió a poner en apuros al meta portugués en un remate aparentemente sencillo. Minutos críticos para un Almería que se disolvía en defensa con el transcurso del tiempo, pero que seguía creyendo en ataque. Sergio Arribas remachaba con la cabeza un centro tocado de Embarba para poner a prueba a Giorgi Mamardashvili, quien voló dos minutos después para repeler el testarazo de Suárez. El equipo se volvió a enchufar, pero al equipo le falta pólvora.
Falta de clarividencia en la faceta ofensiva
El equipo se encuentra negado de cara a puerta, es la tónica de las primeras seis jornadas. Un hiperactivo Luis Suárez le robó el balón a Mosquera para poner el empate, pero el colombiano pecó de individualista en la definición y estampó su cañonazo en el palo para desaprovechar un tanto psicológico al borde del descanso.
La entrada de Ramazani por Embarba agitó los primeros minutos de la segunda mitad. Con Ibrahima Koné a punto de ingresar al verde, un remate de Melero y la respuesta de Mamardashvili, Arribas volvió a enchufar al público con el tanto del empate, pero una contra valencianista tras un derribo sobre arribas en el área volvió a poner el tanto del doblete de Javi Guerra y enmudecer al Power Horse. Muchos no entienden el cambio, no por la entrada de Koné, sino por la sustitución de Dion Lopy, que estaba cuajando un gran partido y condicionó el sistema de mediocentro local.
Aunque un oportunista Arribas no había dicho su última palabra en el encuentro y replicó a Javi Guerra con su particular doblete para desatar la locura en la grada. Al igual que en el primer tanto, el extremo esperó el rechace para empujar el segundo tanto a las mallas. Un empate que sirve de poco a los almerienses, pero que corta la racha de derrotas ante un Valencia en buena dinámica.
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