La venta de Giorgi Kochorashvili al Sporting de Portugal ha dejado un importante hueco en el centro del campo del Levante, uno que procederá a ocupar Kervin Arriaga, centrocampista hondureño de corte defensivo que dejará el Partizan de Belgrado por medio millón de euros (más un porcentaje del 25% de plusvalía). El sudamericano llega tras una temporada donde ha sido de lo poco salvable en el Real Zaragoza, teniendo la importante misión de hacer olvidar a Giorgi.
El Levante se mueve en el mercado y de forma inteligente, tras dejar casi cerrada la operación de Toljan (al que le quedan pocos flecos para recalar en el Ciutat de València), el conjunto granota vuelve a pescar en mercado internacional, concretamente en Serbia, donde ha sustraído a Kervin Arriaga, centrocampista de 1,91 que tendrá la importante función de abarcar terreno desde el centro del campo en favor de un Calero al que ya le perfilan su «Levante de Primera«.
Músculo para el Levante
Kervin Arriaga se dio a conocer la pretérita campaña en el Zaragoza. Su zancada, juego aéreo y su capacidad para realizar la función del «coche escoba«, lo llevaron a ser un órgano importante tanto con Víctor como con Gabi, siendo indiscutido y ese sostén de un Zaragoza que acabó la temporada pidiendo la hora.
Sus números completados en la categoría de plata (28 entradas efectuadas con éxito, 135 duelos ganados o un poderío aéreo más que visible y en parte gracias a su envergadura) le han valido para quedarse en España aunque subiendo de categoría, donde tendrá su primera oportunidad en la élite, con la función de suplir al que ha sido el timonel del conjunto granota durante dos temporadas.
El jugador firmará por 3 temporadas. Su edad (27 años), precio y características de juego han engatusado a un Levante que ve tanto en él como en el inminente Torjan, los modelos a seguir de cara a la construcción de la plantilla para Primera División: jugadores experimentados y de un precio que no desvíe al Levante de su deber principal: la liquidación de su importante deuda.
Olvidar a Kochorashvili, el objetivo
La huella de Giorgi Kochorashvili en el Levante es imborrable al menos a corto plazo. El futbolista, que salió cedidoanteriormente hasta erguirse como uno de los jugadores franquicia del Levante y un elemento por el que se entiende el ascenso meteórico del club, se despidió por todo lo alto a final de temporada, dejando casi 8 millones de euros que, bien pudiendo haber sido más, regulan económicamente a un Levante que busca nombres que lo acerquen a la salvación.
Arriaga es un jugador, salvando las distancias, parecido al georgiano. De una envergadura mayor a la de Giorgi (1,91 cm del hondureño por 1,67 cm del georgiano), está más que capacitado para cumplir ese rol defensivo tenido por el internacional con Georgia, además de tener presencia atacante, como la que dejó «Kocho«.
En su anterior etapa en La Romareda, se vio a un Arriaga al que se le brindaba mucha libertad de maniobra, devolviéndola el jugador hondureño con una fiabilidad con balón comparable a la tenida por el georgiano las pretéritas campañas bajo el manto del Levante. Hechos que calman y brindan esperanza a una afición a la que le costará acostumbrarse a no ver al internacional georgiano como local en el Ciutat de Valencia.
Kervin Arriaga espera al Levante disputando la Copa Oro
El jugador ha dado el sí definitivo al conjunto levantinista, que se encuentra en negociaciones con el club serbio para cerrar al que deberá competir con Oriol Rey o Vicente Iborra, entre otros nombres, por un hueco en lo que será el once de Calero para Primera División.
Por el momento, el hondureño se encuentra disputando la Copa Oro con su selección, donde es un pilar indiscutido, a la espera de la confirmación de su fichaje por el Levante. Club que se ha adelantado a las pretensiones de otras entidades, pudiendo hacerse con un jugador que entra de lleno en ese «fair-play» tan cogido con pinzas por un Levante que va llenando su oficina de caras nuevas para su vuelta a la élite.
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