El nuevo técnico del Granada atendió a los medios de comunicación durante su acto de presentación
Durante la mañana de ayer, la ciudad deportiva del Granada acogió el pistoletazo inicial de la pretemporada del equipo rojiblanco. Antes del comienzo del primer entrenamiento, se llevó a cabo en la sala de prensa el acto de presentación de Guille Abascal como nuevo entrenador nazarí. Tomó la palabra en primer lugar Matteo Tognozzi, que describió brevemente y de forma general algunas características del técnico sevillano. Seguidamente, el ex del Spartak de Moscú aprovechó sus primeras palabras como míster granadinista para agradecer a todo el que le ha apoyado y ha apostado por él. A continuación, Guille Abascal se sometió a las preguntas de los periodistas allá presentes.
¿Piensa desde ya en el ascenso?
“Obviamente no. No hablo de nada que no sea el día a día. Sobre todo lo único que contemplo es el trabajo diario. Yo sé que lo que haces hoy te ayuda mañana, pero si no lo repites mañana y no lo mejoras tampoco te va a ayudar a seguir creciendo. Día a día y sin tener una expectativa más grande que la del trabajo”.
¿Cómo te defines como entrenador?
“La definición no es individual, es conjunta. Al final a mí me gusta compartir lo que hacemos y tener un grupo de trabajo que se siente identificado. Que la palabra crecimiento sea la que determine cada día nuestra hoja de ruta o un cuerpo técnico que no sea conformista y no se relaje y, sobre todo, que tenga una cosa que creo que es principal y que es el motor de la vida más allá de cualquier otra cosa que es la pasión. Nosotros tenemos que sentirnos parte de algo que crece”.
¿A qué te gusta jugar en el terreno de juego?
«A nosotros nos gusta tener un dominio de todas las fases del juego. Por tanto, nos consideramos un equipo que de la verticalidad, que no del fútbol directo, intente hacer su sello de identidad. Es decir, no cuanto más rápido, pero sí cuantas más veces podamos llegar al área rival. El cómo lo van a determinar también las cualidades de nuestros jugadores. No me voy a encorsetar en una idea porque, al final, depende de lo que ellos tengan y sientan. Nosotros evidentemente les ayudaremos, pero yo creo que en esa verticalidad y en que sea un equipo que tenga el objetivo de llegar mucho y de estar mucho tiempo en el campo del rival”.
¿Cómo lidia con la presión del equipo que desciende que parece que está obligado a subir a la primera de cambio?
“Creo que al final son expectativas. Yo creo que el trabajo es el que te dice en qué nivel estás. Al final, las personas son las que tienen que estar mentalizadas para no tener una expectativa más allá de la que es real. Al final, estamos en una categoría muy competitiva. Lo que yo y mi cuerpo técnico vamos a intentar es darle a cada uno la ilusión de crecer. Pero si hablamos del resultado antes de meternos manos a la obra al final yo creo que vamos a estar confundidos. Al final, tenemos que tratar de ser competitivos con lo que tenemos, pero también coherentes. La presión no nos la vamos a poner nosotros, pero tampoco podemos, si las cosas salen muy bien, generar una expectativa demasiado temprana. Segunda División es tan larga, tan dura y, a veces, tan desafortunada que lo que pase de aquí a diciembre después se olvida. Por eso hablaba del presente y de que no haya una sensación ni de ayer ni de mañana, solo del día de hoy”.
¿Quién va a componer su equipo de trabajo?
“Vienen personas que han estado conmigo en los últimos ocho años. Están Carlos Valle, que es mi asistente; Fernando Pérez, que es mi preparador físico; o Michael, que es un asistente que incorporamos. Ha trabajado recientemente en el Alcorcón y en la categoría. José Sambade se queda con nosotros de entrenador de porteros. Hemos decidido, junto con Matteo (Tognozzi) involucrar a gente del club que ya estaba y estará en la estructura. Son algunos analistas, gente del cuerpo técnico que pueda sumar, ayudar y que esté comprometida para mejorar.
¿Cuáles cree que son las diferencias que hay con respecto a las otras ligas en las que ya ha entrenado?
“Todas son diferentes (risas). Todas son particulares, no creo que haya un hilo común porque al final son contextos y culturas futbolísticas diferentes. Aquí sí que es verdad que, por la categoría que es, las segundas divisiones suelen ser más domésticas y suelen tener más jugadores nacionales. Por ejemplo, en Rusia podías tener tres rusos y los demás podían ser extranjeros. En Suiza también había mucha diferencia. A nivel internacional, la Segunda División española es bastante conocida por la competitividad, porque todo está muy reñido y porque no hay diferencia entre el primero y el último. Al final, es una liga que te da la oportunidad de estar alerta todos los días y de tener que mejorar cada día porque te duermes un día y te adelantan. Es verdad que tiene estabilidad en cuanto a puntos, te demuestra que hasta el final se pueden decir las cosas”.
¿Qué tiene que ver en la mirada de los futbolistas para convencer a alguien, que está dudando sobre seguir, que se tiene que quedar en el proyecto?
“Hambre. Tiene que tener hambre porque nosotros la tenemos. Después, no quiero ninguna duda. Al final, las dudas te llevan a una pérdida de tiempo. Yo quiero gente que tenga las ideas muy claras y que en su mirada directamente se vea que quiere estar aquí, que está comprometido y que está dispuesto a crecer, trabajar cada día y dar el máximo. Que ese compromiso se vea reflejado en tu actitud cada día.
¿Toma como ejemplo el trabajo conseguido por Diego Martínez?
“A Diego lo conozco, lo he visto trabajar. Cuando él estaba en Osasuna nosotros nos vamos a Lugano y una persona de su staff vino a trabajar con nosotros en aquel momento. Estuvo con nosotros de analista. Conozco su cuerpo técnico y estoy muy contento de que él haya triunfado aquí. La verdad es que creo que hizo un trabajo increíble con jugadores que, además, también tuve la suerte de entrenar en la cantera del Sevilla. Si es el camino, bienvenido”.
Después de tantos años fuera de España, ¿has decidido volver por algo en particular? ¿Y por qué has elegido el Granada para tu regreso?
“Fácil no ha sido (risas). Yo creo que volver nunca es fácil, pero yo creo que hay dos cosas que han ayudado mucho. Una evidentemente es Matteo. Yo creo que su confianza, su visión y su forma de entender el fútbol y el proyecto es una de las claves. Y la otra es el dónde estamos, por la dimensión y el potencial que el club tiene. Y por qué no decirlo, lo bien que se vive en esta ciudad y lo bien que se come. Yo creo que todo eso ha hecho que vuelva a España en un sitio donde creo que se pueden hacer grandes cosas”.
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